En lo que te enfocas se expande: sucede lo mismo en la imagen.
Texto: Matty Guzmán
Imagen: Cortesía
Tras varias investigaciones hechas por la marca Dove, sabemos que, estadísticamente, tan solo el 4% de las mujeres a nivel mundial se consideran a sí mismas “hermosas”, y 8 de cada 10 niñas se sienten limitadas a participar en actividades sociales por la inseguridad que tienen respecto a su apariencia física.
Esto me lleva a preguntarme: ¿Cuánto mejoraría nuestra confianza personal si viéramos en nosotros mismos lo que admiramos en los demás? Si el bombardeo de publicidad y las redes sociales fueran cada vez más honestas y reales…
A todos nos gusta mostrar los buenos momentos, una vida de lujo, poder y experiencias fascinantes. Nos gusta editar las fotos, perfeccionar el color y escoger una de cien que te tomaste. Estamos pendientes de los likes y la popularidad; sin embargo, conforme vamos creciendo, conociéndonos y madurando, caemos en cuenta de que la belleza exterior sin un sustento interior carece de sentido y que el concepto de felicidad y éxito es distinto para cada quien.
Como mi “chamba” no es la mercadotecnia; yo no vengo a proponer mejoras en las fotos que nos muestran en la publicidad, aun sabiendo que los contratos millonarios los realizan con artistas y supermodelos con un peso muy por debajo del promedio. Sería absurdo y esclavizante compararse con una cifra o con lo que marca la báscula y la cinta métrica.
Mejor propongo lo que me ha funcionado a mí y a las varias clientas que, con el paso del tiempo, se han convertido en amigas: EN LO QUE TE ENFOCAS SE EXPANDE.
Estamos tan obsesionados con tapar o cambiar todas aquellas cosas que no nos gustan, que hemos decidido pelearnos a diario con ello, y tanta energía le ponemos a tapar esos “males” que haces que todo mundo lo note y lo note más (como cuando adviertes a todo mundo del nuevo grano que te acaba de salir en el rostro); en cambio, cuando dejas de querer tapar lo que no te gusta y te enfocas en lo que sí, obligas a que los demás vean lo mismo.
Y me vas a decir: “Matty, ¿y si nada me gusta?” Mi respuesta es, no seas tan duro contigo mismo. Puede gustarte tu mirada, tu sonrisa, tu cabello, tu altura, tu forma de bailar, tu plática, tu cerebro, tu alma, tu esencia, tu personalidad…
¡Y si nada de esto te complace tampoco, entonces sí… Hora de ponernos a chambear, empezar desde cero y volver a conectar!
IG: @mattyguzman
