“Me gusta observar y crear a partir de lo cotidiano, los sentimientos, las preguntas sin respuesta, las personas, lo que nos hace humanos, los miedos, lo que nos conecta con los demás, la cultura mexicana, lo que me rodea, el amor propio…”
Texto: Matty Guzmán
Fotografías: Cortesía
Desde niña, la creatividad fluyó en ella, dibujando en libretas que su mamá le llevaba a todas partes.
La travesía académica llevó a Mariana Fraga al Tecnológico de Monterrey, donde estudió Animación y Arte Digital. Un intercambio en Bélgica en 2015 amplió sus horizontes, y en 2017 se graduó oficialmente.
Aún buscaba su camino, lo que la llevó a trabajar en publicidad antes de encontrar y decidir inclinarse por seguir explorando su lado verdaderamente creativo.
Una charla con Áurea Bucio, su antigua profesora, le planteó una perspectiva que hasta la fecha recuerda. Le preguntó por qué no estaba haciendo lo que le hacía feliz, y esa pregunta resonó en ella.
“No supe qué decir en ese momento, pero sí supe qué hacer. Renuncié a mi trabajo y así nació mi marca”, comentó Mariana.
Hoy, colabora con personas, instituciones y casas creativas en Morelia y otros estados, aportando ilustraciones o productos que llegan a todo México.
Además, trabaja en iniciativas o talleres que invitan a las personas a desarrollar su creatividad y explorar su forma de interpretar lo que les rodea a través del dibujo.
Sus proyectos reflejan su pasión por la ilustración, los colores
y el arte, que le permiten explorar formatos diferentes y comunicar a través de un lenguaje visual.
“Me gusta observar y crear a partir de lo cotidiano, los sentimientos, las preguntas sin respuesta, las personas, lo que nos hace humanos, los miedos, lo que nos conecta con los demás, la cultura mexicana, lo que me rodea, el amor propio…”, continuó.
Le inspira pensar que algún día un dibujo pueda convertirse en un mensaje de concientización, cambio y mejora social con un impacto positivo en su comunidad construyendo puentes entre las personas.