¿Sabías que los colores influyen en tu sistema nervioso, tu concentración y hasta tu descanso?
Por: Edith Serrano
Fotos: Cortesía
Nos desenvolvemos en un mundo donde el diseño interior ha dejado de ser solo estética para convertirse en una poderosa herramienta de transformación emocional.
Hoy sabemos que los colores que habitan nuestros espacios impactan directamente en nuestro sistema nervioso, nuestras decisiones y nuestra salud mental. Esta no es una percepción intuitiva: es ciencia. La neuroarquitectura, disciplina respaldada por la Academy of Neuroscience for Architecture (ANFA), por ejemplo, ha demostrado cómo los colores activan zonas cerebrales relacionadas con la memoria, la calma o incluso la creatividad.
Te regalo algunos ejemplos: El rojo puede aumentar el ritmo cardíaco y la alerta. Los azules y verdes fomentan la relajación y la conexión interior. En entornos de descanso, como el dormitorio, usar paletas suaves y neutras reduce la sobreestimulación sensorial, ayudando al sueño y la recuperación emocional. En espacios de trabajo o estudio, los amarillos cálidos o verdes terrosos pueden mejorar la concentración y la motivación.
Sin embargo, más allá de la teoría, es esencial observar: ¿Qué emociones despiertan los colores en ti? ¿Qué recuerdos activan? ¿Qué propósito tiene cada espacio? El color no se elige por moda, sino por intención. Cada elección cromática puede ser una caricia o una barrera, una puerta a la calma o un recordatorio de agitación.
Si deseamos crear espacios que sanan, debemos reconocer el entorno como un espejo emocional. Los materiales naturales, la biofilia, mobiliario, pintura, texturas e iluminación acompañan al color en esta sinfonía de bienestar. Diseñar no es imponer belleza, sino invitar al alma a habitar con libertad y sentido.
Mi sueño es que cada persona en este mundo pueda sanar, aunque sea en pequeña medida, gracias a un entorno que la abrace con armonía.
Porque el color, bien elegido, no es decoración, es medicina visual.
¿Qué emoción necesitas invocar en tu vida?
Tal vez, solo tal vez, todo comience por el tono de las paredes que te rodean.
