Entre montañas, arcos de cantera de 1880 y el sonido cercano de una cascada, Holy Rest se esconde como uno de esos refugios que solo se descubren por invitación del destino.
Texto: Cortesía
Fotos: Enrique «Oso» Esquivel
Entre montañas, arcos de cantera de 1880 y el sonido cercano de una cascada, Holy Rest se esconde como uno de esos refugios que solo se descubren por invitación del destino. Un Airbnb que no se vive: se siente. Naturaleza, historia y espiritualidad conviven en un mismo respiro.
Hasta ahí llegamos para ser parte de la cata exclusiva de Tequila Clase Azul, una noche donde el lujo artesanal del tequila se encontró con un espacio creado para sanar, celebrar y reconectar.
Bajo la luz tenue y el ambiente cálido que caracteriza este santuario, cada sorbo revelaba notas de agave cocido, miel, cáscara de naranja y especias profundas… sabores que se potenciaban entre arcos centenarios, aromas de naturaleza viva y la atmósfera casi ceremonial del lugar.
Holy Rest no es solo hospedaje:
es máster suite con tina artesanal y vista al bosque,
es temazcal guiado por una experta francesa,
es masaje con aromaterapia,
es fogata bajo la luna,
es ese silencio que abraza.
Y en noches como esta, también es escenario perfecto para experiencias que trascienden lo ordinario.
Clase Azul encontró aquí el marco ideal: íntimo, sensorial y profundamente mexicano.
Holy Rest: el refugio secreto dentro de la ciudad
donde cada visita es una historia.
Y esta, la de la cata, fue una de las más memorables.
@holyrestbypepe
FB: Holy Rest by Pepe



















