¿Cuánto más valoraríamos esa cotidianidad si empatizáramos con mujeres que se encuentran privadas de la libertad y que no tienen acceso ni a las necesidades básicas del ser humano?
Texto: Susana Torres
Fotos: Cortesía
Las pequeñas cosas de la vida como bañarse, comer lo que se te antoje o visitar a un familiar dejan de ser pequeñas cuando las trasladamos a personas que por x o y razón están en la cárcel y no en su casa.
¿Cuánto más valoraríamos esa cotidianidad si empatizáramos con mujeres que se encuentran privadas de la libertad y que no tienen acceso ni a las necesidades básicas del ser humano?
La Cana es un proyecto social que busca crear oportunidades de trabajo para mujeres que están en prisión, mediante la implementación de programas y talleres que tengan como objetivo su desarrollo personal, así como el trabajo y la capacitación para el mismo, con el fin de promover un proceso de reinserción que contribuya a reducir los índices de reincidencia y delincuencia en el país.
Las 4 fundadoras, Daniela Ancira Ruiz, Raquel Adriana Aguirre García, Wendy Balcázar Pérez y Mercedes Becker Pérez se unieron en esta iniciativa mientras eran estudiantes universitarias. Juntas fueron a visitar un reclusorio como parte de un proyecto de su carrera de Derecho, el cual funcionaba como un voluntariado para dar asesoría jurídica.
Tras 9 años siendo una empresa social que se dedica a apoyar esta causa, crear programas útiles y ofrecer trabajos dignos y remunerados, han aprendido mucho acerca de las condiciones en las que se vive allá adentro; y es importante recordar que aun en prisión todo cuesta; desde el agua para bañarse hasta los artículos de higiene personal.
El hecho de no tener actividades productivas en el penal puede propiciar que se sigan cometiendo delitos como extorsiones por llamadas telefónicas, contrabando o prostitución.
Al ver este panorama, se proponen a crear distintos programas de apoyo, educación y oficios para mejorar la situación. Uno de ellos es Proyecto Libertad, creado para defender a mujeres que están en prisión injustamente.
Otro es la posibilidad de crear actividades productivas y capacitaciones para distintos oficios; al hacerlo, pueden aportar un ingreso a sus familias, y sobretodo, prepararlas para encarar los retos de la vida en libertad.
Ahora se cubren las áreas de atención psicológica, asesoría jurídica, talleres en psicología, arte, cultura, deporte y capacitación laboral. Además realizan artesanías con mucha creatividad y calidad, como es el caso de su producto principal, que son son muñecos tejidos.
Tan solo el año pasado apoyaron a 1500 personas, y hasta la fecha tienen presencia en Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Monterrey, Tlaxcala, Zacatecas y próximamente en Morelos, con el esquema de franquicia social.
Además de la compra de sus productos, si quieres sumarte a la causa puedes apoyar a través de donativos personales o de empresas, en dinero o especie, así como acudir a eventos de recaudación,