Independientemente de tener o no interés en la política mundial, la duda que persiste, sobre todo en estos escenarios de “incertidumbre”, es si estamos cada vez más lejos de la “paz mundial” y más cerca de una “tercera guerra mundial”.
Texto: Desireé Gutiérrez
@dessygm
El mundo arrancó este año con muchos retos y amenazas en materia política, social y económica. Es innegable que con la llegada nuevamente de Donald Trump a la presidencia estadounidense la dinámica global es muy distinta, las hostilidades, señalamientos, guerras comerciales y brechas en las ideologías pro y contra de lo que fuera se hacen más profundas e incluso irreconciliables. Independientemente de tener o no interés en la política mundial, la duda que persiste, sobre todo en estos escenarios de “incertidumbre”, es si estamos cada vez más lejos de la “paz mundial” y más cerca de una “tercera guerra mundial”.
Lo primero que escuché el primer día de mi carrera universitaria, fue que quienes creyeran en la “paz mundial” y se metieron a la licenciatura de relaciones internacionales para lograrla, se hicieran un favor y salieran por la puerta. Ese momento nos marca a muchos, porque aceptamos de tajo que este planeta sin conflicto es imposible y para siquiera intentar analizarlo, no puedes tener vendas, filtros o colores tenues de ningún tipo y respecto a ningún tema. Pero ojo, que esto no es equivalente a que siempre nos dirijamos a guerras mundiales. Los intereses económicos, la supervivencia y diplomacia juegan un papel fundamental tras bambalinas, siempre.
Los líderes mundiales actuales son personajes muy complejos; sin embargo, no son completos erráticos que desconocen las consecuencias de un uso indiscriminado de armamento nuclear. En los próximos años las tensiones crecerán más que nunca, los intentos de intervención serán señalados, y tendremos un planeta jaloneando negociaciones y acuerdos para intentar mantener la civilidad en la mejor medida posible, evitando a toda costa que se propicie una desconfianza, escalada militar y naciones agrupadas enfrentadas. Porque así como la paz tiene sus fallas, los grandes conflictos también tienen ciertas condiciones.
Son tiempos difíciles, sin duda. Pero la humanidad nunca ha sido completamente impredecible, y si algo se volviera “incomprensible”, tengan por seguro que existen miles de especialistas internacionalistas que se aferraron y desvelaron estudiando verdades atroces, para blindar su amor por la humanidad y así poder explicarle al mundo entero cómo pelear todos los días por una paz, aunque no mundial, por lo menos en lugares donde hace mucho no la vivían o en aquellos lugares que no pueden darse el lujo de perderla.