Seguro te ha pasado que has tenido una reunión, entrevista o iniciativa y lo primero que viene a tu mente es, “¿qué van a pensar, que van a decir, cómo me van a ver?”
Texto: Esther Crisóstomo
Seguro te ha pasado que has tenido una reunión, entrevista o iniciativa y lo primero que viene a tu mente es, “¿qué van a pensar, que van a decir, cómo me van a ver?”
Estas preguntas son frecuentes en todos. Somos seres sagrarios y pertenecer, ser aprobados e incluso reconocidos, es importante.
Estamos en riesgo de perder la tranquilidad, seguridad e identidad cuando el qué dirán se vuelve más importante que los sueños y la opinión propia.
Así se ve cuando le das más peso al qué dirán:
- Aseguras e interpretas lo que otros opinarían, y eso que imaginas además es en tu contra.
- Piensas cosas como: “Me van a criticar”, “seguro no les va a gustar”.
- Tienes una falsa confianza, expresas que no te importa el qué dirán; sin embargo, no emprendes, no logras y no haces, porque piensas: “Y si me equivoco, y si fallo”, y mejor no haces nada.
- Entras en ansiedad por lo que los demás puedan opinar, ya que la aprobación, valoración y aceptación son fundamentales en tu vida. Te es más fácil complacer a los demás que identificar tus necesidades y gustos.
- Cuando dejas de expandirte y te achicas para no incomodar y evitar ser rechazado.
- Si el perfeccionismo te distingue y sientes miedo y ansiedad en lugar de satisfacción y orgullo.
- Cuando las decisiones de tus padres son fundamentales en tu vida para tu toma decisiones siendo adulto.
Elimina el miedo a la crítica y vuélvete un triunfador. Apuéstale a la autenticidad. Sé tú a donde vayas. Una opinión es solo una opinión. Está basada en la experiencia, percepción y gustos de la otra persona. Por lo tanto, no es una verdad absoluta. Lo que otros piensen está totalmente fuera de tu control. Valídate. Lo que tú piensas respecto a tus sueños y decisiones es lo importante. Solo tú vas a vivir los beneficios o consecuencias.
¡Vive la vida que quieres vivir, tienes todo para triunfar!