Una guía honesta y sin mitos para conservar tus vinos de la mejor manera.
Por: Joanne Vallejo
@sommelieralacarta
Hay muchos mitos cuando se habla del correcto almacenamiento de un vino. Lo curioso es que la mayoría de los vinos están hechos para consumirse pronto.
Reglas básicas para almacenar vino (sin complicarte):
1. Temperatura constante: Los vinos que quieres guardar por largo plazo, ya sean blancos o tintos, deben mantenerse entre 10 y 15ºC. La clave es la constancia. Las subidas o bajadas bruscas son el verdadero enemigo.
2. El corcho importa… pero no tanto: Si la botella tiene corcho natural, guárdala en posición horizontal para evitar que se seque; pero si tiene corcho sintético o taparrosca, puedes ponerla vertical sin problema. Eso sí, no te olvides de beberla entre 3 y 5 años después de que salió al mercado.
3. Luz, la justa: Tanto la luz natural como la artificial directa dañan el vino con el tiempo. Evítalas si no quieres abrir una botella con sabor a pasado.
4. Vibración (aquí me pongo flexible): En general, los vinos deben reposar en calma.
5. Espumosos, siempre de pie: No necesitan estar en contacto constante con el líquido, así que guárdalos en posición vertical.
6. El lugar importa (¡y mucho!): Evita guardar vinos en la cocina, ¡es el peor lugar! Busca espacios oscuros, frescos, sin olores fuertes ni humedad. ¿No tienes cava? No importa. Puedes usar clósets, armarios o rincones de temperatura estable. Pero si te pica el gusanito de empezar una colección, lo primero en tu lista debe ser una cava con control de temperatura.
Confieso que aunque tengo tres cavas en casa, nunca logro tener más de diez botellas al mismo tiempo. Mis cavas duran llenas, cuando mucho, quince días porque mi filosofía es simple: “Los vinos se guardan en la memoria, no en la cava”
Con el placer de compartirles mi experiencia como una sommelier sin uniforme.
Su #SommelierALaCarta, Joanna Vallejo