Diseñar un espacio no solo se trata de elegir materiales, colocar muebles y escoger colores. Crear más allá de un espacio implica infundir personalidad y propósito en cada rincón.
Texto: Edith Serrano
Fotos: Cortesía
@edith_serrano_h
Diseñar un espacio no solo se trata de elegir materiales, colocar muebles y escoger colores. Crear más allá de un espacio implica infundir personalidad y propósito en cada rincón; para ello es imperativo elegir acabados arquitectónicos de buena calidad. Esto no solo mejora la estética y durabilidad de las construcciones, sino que también desempeña un papel crucial en la protección del planeta. Estos acabados, a menudo son fabricados con materiales sostenibles y de alta resistencia, lo que contribuye significativamente a reducir el impacto ambiental de una edificación.
En primer lugar, los acabados de alta calidad suelen tener una vida útil prolongada, lo que reduce la necesidad de reemplazarlos con frecuencia. Esto implica menos consumo de recursos naturales y menos generación de residuos a largo plazo. Un material duradero es menos propenso a deteriorarse, lo que minimiza la necesidad de reparaciones y mantenimiento, ahorrando recursos y energía.
Además, muchos de estos acabados están diseñados para ser energéticamente eficientes. Por ejemplo, los revestimientos con propiedades aislantes pueden reducir la necesidad de calefacción y refrigeración en un edificio, lo que a su vez disminuye el consumo energético. Menos energía utilizada significa menos emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a mitigar el cambio climático.
Otro aspecto clave es que los acabados de buena calidad suelen estar fabricados con materiales reciclados o reciclables. Esto no solo reduce la extracción de materias primas vírgenes, sino que también fomenta la economía circular, donde los materiales se reutilizan y reciclan en lugar de ser desechados.
Elegir acabados sostenibles también puede tener beneficios para la salud. Los materiales de alta calidad, especialmente aquellos que cumplen con certificaciones ecológicas, suelen emitir menos compuestos orgánicos volátiles, mejorando la calidad del aire interior y reduciendo riesgos para la salud de los ocupantes de los espacios.
Elegir acabados arquitectónicos de alta calidad es una decisión inteligente y responsable, que va más allá de la estética y el confort. Es una inversión en la sostenibilidad, que contribuye a la conservación del planeta y al bienestar de quienes habitamos los espacios.
Y tú, ¿qué cualidad, aspecto o característica es lo que más cuidas al momento de elegir qué materiales vestirán tus espacios o los de tus clientes?
