Tu sexualidad será, siempre que así lo elijas, tu aliada y esencia, que sea siempre una esfera amorosa, retadora, compasiva, una linea de autocuidado que te permita redescubrir nuevas y mejores formas de habitarte, transitarte y manifestarte en el mundo.
Texto: Teresa Almanza
IG: @teresa_magiaviva
Hace 18 años elegí la sexualidad humana y sus posibilidades como vocación y camino profesional. Acompaño a personas de todas las edades, de todos los colores, formas, culturas, tamaños, infancias, adolescencias, parejas, familias, padres, madres, educadorxs, especialistas, instituciones, cualquier cantidad de diversidad funcional, relacional, neurodivergencia, estado civil, nivel socioeconómico, académico…etc.
Acompaño igual tristezas y duelos, encuentros afortunados, enamoramientos, decepciones, miedos, culpas, vergüenzas, logros y avances. Acompaño ansiedad, depresión, angustia, incertidumbre, procesos de duda y confusión, de anestesia emocional, igual que de pirotecnia afectiva. He acompañado a personas que han perdido a su pareja de más de 50 años y a quien le duele el corazón porque a sus casi 40 no sabe lo que gusta. He escuchado cientos de veces a personas procesando su infancia y revisando su historia para no empatarse de vuelta en relaciones violentas. He visto la reparación profunda y pura de problemáticas que parecen no tener solución…
Hoy te podría contar lo inimaginable y decido aterrizar este texto compartiendo que las orillas de nuestra sexualidad son las que elegimos que sean. La sexualidad como fuente dadora de vida es también fuente de salud, de bienestar, de amor, de conexión, de placer, de descubrimiento, de aprendizaje, de vulnerabilidad, de encontrar nuestros lugares seguros, de mejorar la forma en la que nos relacionamos con el goce de la vida, de la piel, de todo lo que emerge de la profundidad de cada persona.
Cuando nos permitimos conectar y disfrutarnos sin juicio, cuando no nos limitamos por no cuadrar con los estereotipos y revisamos lo que queremos, lo que podemos, lo que estamos dispuestos y nuestros no negociables, la sexualidad en cualquiera de sus manifestaciones y etapas, nos habita para sanar, para reparar, para conectarnos a la vida, para clarificar y establecer los limites necesarios. Tu sexualidad será, siempre que así lo elijas, tu aliada y esencia, que sea siempre una esfera amorosa, retadora, compasiva, una linea de autocuidado que te permita redescubrir nuevas y mejores formas de habitarte, transitarte y manifestarte en el mundo.
