Entre el cielo y la tierra, donde las montañas de la Sierra Madre del Sur se encuentran con el océano Pacífico, yace un oasis que honra la serenidad y lo auténtico. El paraíso está en México.
Por: Cortesía
Fotos: Leandro Bulzzano
A Borges, la búsqueda de la serenidad le parecía más razonable y más legítima que la infructuosa búsqueda de la felicidad. “Y quizá la serenidad sea una forma de felicidad”, señala. Llevaba razón: lo es. La serenidad es para muchos un estado de la mente, del cuerpo y el alma; pero para quien conoce Lo Sereno, Casa de Playa es también un recuerdo, un destino, un paraíso que está aquí, entre nosotros. Lo Sereno no es un hotel ni tampoco una casa: es ese lugar, ese paraíso, al que siempre podemos regresar en busca no de una felicidad olímpica e imposible, sino de una serenidad real, cálida y humana. Un santuario, pero también una caricia, donde se puede cambiar el sonido del despertador y los cláxones por el rumor de las olas, que invita a mirar al interior para reconectar con lo auténtico, con lo que realmente importa: nuestro verdadero yo.
El nuevo lujo busca destinos inéditos que van más allá de modas y tendencias, rincones no tanto desconocidos como auténticos en los que palpita la verdad de lo autóctono sin necesidad de recurrir a clichés que transforman lo típico en tópico. Lo Sereno es el epítome de esa autenticidad desde su mismo enclave. Ubicado entre el cielo y la tierra, entre las montañas de la Sierra Madre del Sur y el océano Pacífico, en el poblado de Troncones, en Guerrero, se encuentra esta meca de la hospitalidad contemporánea cuya arquitectura armoniza con el entorno con un diseño minimalista que conjuga sencillez y humanismo, que se fusiona con la naturaleza. Lo Sereno no busca la paz, la abraza. No es una casa, aunque puede parecerlo: es más. En su diez suites, un número mágico, se encuentran todas las amenidades que el nómada global puede desear — y otras que descubrirá durante su estancia— y la anhelada intimidad de un oasis.
Compartir la belleza es una íntima necesidad del ser humano: en los espacios comunes de este hotel que reescribe el concepto boutique, los huéspedes tienen la oportunidad de conectar (o no) con otros viajero que, como ellos, buscan la armonía en un entorno perfecto. La terraza y la infinity Pool con vistas al mar, los jardines, espejo de una naturaleza humanizada pero no dominada por el hombre, y la pérgola invitan a una conversación íntima, a descubrir ante los otros, y ante nosotros mismos, valores que creíamos olvidados. Al despuntar el alba, una sesión de yoga o meditación en la playa, seguida de una taza de café recién hecho en la terraza, invitan a la introspección para después volver a nuestra vida diaria con el alma y la voluntad renovadas. En Lo Sereno, el menú de actividades no resulta abrumador; ha sido diseñado de acuerdo a las necesidades del huésped que desea personalizar su estancia sin competir con nadie más que consigo mismo. Desde un apacible dolce far niente a una estancia llena de actividades, como surf, SUP, boogy board, pesca deportiva, rutas de hiking o bicicleta de montaña y cabalgatas durante la puesta de sol, todo es posible en este paraíso mexicano.
A mediodía, la gastronomía de Lo Sereno traduce también esa misma búsqueda del verdadero sabor local, sin falso tipismo, en platillos donde el producto cobra protagonismo. El protocolo del lujo descalzo no exige grandes formalidades, sino un único mandamiento: la autenticidad. No sólo en cuanto a diseño o servicio, sino también en los sabores, que conectan con las raíces del lugar. ¿A qué sabe Lo Sereno? A alta gastronomía sin artificios, a verdad, a casa… sólo que mil veces mejor.
ACERCA DE LO SERENO
Enclavado entre la Costa del Pacífico y las montañas de la Sierra Madre del Sur, en el poblado Los Troncones, Guerrero, se encuentra Lo Sereno. Un hotel, miembro de Design Hotels™,, que privilegia la intimidad y la privacidad para reconectarse con la naturaleza, disfrutar del confort y el ambiente de un espacio cuya arquitectura contemporánea armoniza con el entorno. Ubicado en una playa semi virgen, a media hora del aeropuerto de Zihuatanejo, cuenta con 10 suites, todas con terraza, baño encapsulado con paredes de cristal y ducha de lluvia al aire libre. Entre las amenidades de Lo Sereno se incluye una piscina infinita con vista al mar, una amplia terraza flanqueada por palmeras y bar con atractiva mixología, que puede disfrutarse en la playa, el lobby o en el restaurante al aire libre. Su gastronomía gourmet fusiona ingredientes frescos y locales para deleitar a los paladares más exigentes. Entre las actividades que pueden realizarse en este destino están caminatas por la playa, cabalgar, practicar deportes acuáticos, surfear o hacer yoga.
