Imagina que tu propósito de Año Nuevo de ahora en adelante sea: quiero viajar a Europa o aprender a tocar violín, en lugar de bajar de peso.
Texto: MNC. Angélica Fernández
Imagen: Cortesía
Imagina que tu propósito de Año Nuevo de ahora en adelante sea: quiero viajar a Europa o aprender a tocar violín, en lugar de bajar de peso.
Actualmente en los consultorios médicos y de nutrición, la medición del peso sigue utilizándose como indicador para evaluar si un paciente ha logrado progresar o no.
Es importante recordar que el peso corporal varía a lo largo del día. Al despertar, suele ser el menor peso del día, quizás ya fuiste al baño y te encuentras en ayuno. Antes de ingerir alimentos o bebidas, tienes un peso y al haberlos ingerido, tienes otro. Antes de realizar cualquier ejercicio cuentas con un peso y al terminar puedes llegar a tener hasta 2 kilos más, esto debido a que los músculos se han hipertrofiado; es decir, han crecido. Dos horas después de entrenar también tenemos otro peso, ya que los músculos se encuentran en reposo y han reducido su tamaño.
Y así a lo largo de todo el día, el peso puede variar entre 1 y 3 kg, lo que habla de un indicador sumamente cambiante. Recuerda que el peso no es lo más importante, es la suma de muchos componentes que existen en tu cuerpo: agua, proteínas, minerales, grasa, músculo, etc. Si quieres conocer con mayor precisión tu composición corporal, lo ideal sería realizarte una evaluación con bioimpedancia eléctrica.
Evaluarte con estas herramientas es importante. Sin embargo, existen otros indicadores que señalan que estás haciendo las cosas bien, como la ropa más holgada, sentirte con más energía, mejor descanso, mayor rendimiento durante el día, etc.
Y como siempre le digo a mis pacientes: ¡QUÍTALE PESO AL PESO!
IG: @nut.angelicafernandez
Nutrióloga Clínica Angélica Fernández
www.angelicanutricion.com
angie.fa@gmail.com
Juan de Medina Rincón No. 146 Las Américas