Gustavo Prado es profesor, curador, conferencista y reconocido analista de tendencias; experto en moda, diseño y consumo en México.
Entrevista: Natalia Millán
@natmillanb
Fotos: Cortesía
Gustavo Prado es profesor, curador, conferencista y reconocido analista de tendencias; experto en moda, diseño y consumo en México. Es fundador de Trendo.mx, una plataforma especializada en investigación y pronóstico de tendencias. También es autor del libro “Mextilo”, una referencia clave sobre la historia de la moda en México.
“¡En Trendo estamos muy felices de celebrar nuestros 10 años! Somos una agencia mexicana de tendencias que nació con una visión diferente: mientras las agencias tradicionales de tendencias, provenientes de países como Francia, Inglaterra o Estados Unidos, siempre han dictado qué es lo que la gente prefiere en función de lo que sucede en el diseño de esos lugares, creemos que esa lógica ya no tiene cabida en el mundo actual. En nuestras grandes ciudades latinoamericanas – como la Ciudad de México con 21 millones de habitantes, Bogotá con 8 millones, o São Paulo con 12 millones – la influencia de ciudadcitas insignificantes como Nueva York o París se queda corta. De hecho, la música que está marcando al mundo entero hoy en día proviene de Latinoamérica. Por eso, las tendencias que nos definen, desde lo que usamos hasta lo que aspiramos a ser, tienen un sello único: el de nuestra región, lo latino”, comentó.
Así nació la oportunidad de crear una agencia que no “traduce” lo que sucede en el extranjero. Aquí no les interesa lo sajón ni lo francés, solo importa lo latino. Están para identificar las direcciones que tomará el consumo en nuestra región, adelantarse al futuro mediante estudios de mercado y ayudar a las marcas a vender más.
¿Cómo fue tu camino profesional antes de fundar Trendo y qué experiencias marcaron tu carrera?
Gustavo: “Antes de fundar Trendo en 2014, mi camino venía de otros mundos. Estudié artes visuales, fundé un festival llamado Mes del Performance, que dio lugar al primer museo dedicado a estas actividades, Ex Teresa. Más tarde fui curador del Centro de la Imagen, un museo de fotografía que organizaba festivales, exposiciones y concursos. Con el tiempo, y debido a los cambios en los gobiernos, trabajar en el ámbito cultural se fue haciendo cada vez más difícil, por lo que decidí redirigir mi carrera, primero hacia la docencia en temas de diseño y luego al fascinante mundo de las tendencias.
A simple vista, estas actividades pueden parecer desconectadas, pero en realidad, todas comparten un propósito común: el presente. La fotografía captura el momento, el diseño es una disciplina en constante evolución, y las tendencias nos hablan de cómo el ahora define lo que ocurrirá en el futuro cercano”.
¿Cómo describirías tu filosofía de vida y trabajo?
Gustavo: “Conseguir información, descubrir por qué ocurren las cosas y contar historias parecen ser temas comunes. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a que todos cuentan lo mismo, con las mismas intenciones—como hacer mezcal, salvar la artesanía, o crear el platillo crudi vegano orgánico—nos damos cuenta de que hay pocas intenciones de generar una narrativa original. Es justamente ahí donde surge la oportunidad de diferenciarnos.
El consumidor mexicano tiene una narrativa mucho más compleja, cargada de historias y tradiciones que van más allá de un repertorio limitado por la falta de imaginación. En Trendo, nos dedicamos a contar historias que no solo explican lo que está pasando, sino que también abren nuevas oportunidades de mercado. Ya sea para grandes, medianas o pequeñas empresas, ayudamos a transformar esas historias en estrategias que conectan genuinamente con el público. Una narrativa única para cada cliente, no historias manidas generalizadas”.
¿Quiénes han sido tus mayores influencias o mentores en el mundo del análisis de tendencias y creatividad?
Gustavo: “Como dos décadas antes de comenzar con el tema de las tendencias me di a la tarea de recopilar todo lo que se había publicado, pensado o hecho sobre el tema.
Existe hoy una línea mal entendida que le dicen ‘Diseño de futuros’ que sólo plantea escenarios luminosos eternamente positivos -cosa que la realidad se encarga de romper continuamente-. No es que se trate de que adelante haya cosas sólo peligrosas. El futuro igual que el presente no es ni como queremos que sea, ni un lecho de rosas. Así los que han planteado caminos como en el futuro tecnológico de Ray Kurzweil, o las narrativas de Isaac Asimov siempre fueron un sendero iluminado para caminar.
Sinceramente no creo que haya metodologías para ‘ser creativo’. Quien plantee que a través de un canvas y los post its te vas a convertir de petardo en innovador, simplemente miente. Si esas metodologías sirvieran todo mundo sería un genio creativo y eso dista de ser cierto.
Hay gente interesante, pero así como que ‘gurú’ eso no existe. Trendo mismo está para averiguar cómo vender más, pero no para cambiarle la vida a nadie, ni para ser transformacional. Eso es sólo de quien da sermones y se crea el iluminado”.
¿Por qué el estudio de tendencias es clave para la moda, los negocios y la sociedad en general?
Gustavo: “Pronosticar qué va a querer la gente -por ejemplo cada temporada sacamos un color del año, que hasta la fecha se ha cumplido- es una industria millonaria en beneficios y posibilidades. De hecho el negocio de la predicción abarca desde el clima, los deportes, la política y por supuesto las industrias del diseño. El consumidor camina sobre una economía, se articula bajo ciertas expectativas, y aunque parezca contraintuitivo a partir de la investigación podemos extrapolar lo que sucede hoy y que se volverá masivo mañana.
En el pasado la investigación de mercados era preguntar a decenas que les gustaba. Pero hoy estamos en un mundo posterior a las redes sociales, y los datos de gusto pueden ser recabados por miles en minutos. Es una perspectiva diferente, aún cuando hacemos encuestas, focus, la perspectiva tiene que cambiar para un mundo tecnológico”.
¿Cómo pueden las empresas en México aprovechar el análisis de tendencias para innovar y mantenerse competitivas?
Gustavo: “Es una industria incipiente; tiene que ver con no sólo ser reactivo sino predictivo. Lo que no quiere decir que van a triunfar cuanta cosa salga en el horizonte que han sido declarado como tendencia una y otra vez: que va a triunfar la cerveza artesanal, que los seltzer son el futuro, que el patín del diablo, que los segway. El gran problema de México es creer que cualquier cosa que se lee en ‘Wired’ o ‘Fast Company’, como pegó en USA, pegará acá… Y la prueba de eso es que seguimos sin crear unicornios tecnológicos en México. Kavak falla estrepitosamente, Gaia se estrella, Kichink fué una estafa, y mientras Rappi y Justo de Colombia funcionan en todo el planeta.
Tenemos que entender la tendencia NUESTRA. Si eso no se entiende seguiremos estrellándonos de que el modelo de Sillicon Valley no funciona en Guanajuato”.
¿Cuáles han sido los proyectos más importantes en los que han trabajado y con qué marcas o empresas han colaborado?
Gustavo: “Contamos entre nuestros clientes a las mayores empresas del país. Hacemos tendencias de consumo para Coppel, tendencias musicales para Warner Music, tendencias de cabello para Schwarzkopf, whiskey de alta gama, mezcales alternativos.
Hemos hecho alimentos, llantas para camioneros, leches vegetales para baristas, narrativas para canales de streaming. Cada semestre lanzamos cuatro direcciones de tendencia, y normalmente lo que es nuestro medio ambiente hoy, para mañana ya es totalmente obsoleto. Lo más divertido es que es un ritmo vertiginoso en el cambio, lo que hace que el trabajo en Trendo nunca sea aburrido”.
Desde tu perspectiva, ¿cómo ha evolucionado el perfil del consumidor mexicano en los últimos años?
Gustavo: “El consumidor hoy está en una tendencia nacionalista de bajo precio. Estamos aprendiendo que el sueño de que México iba a ser una sociedad de clases medias pudientes, no se va a cumplir. Y eso lo podemos ver en la música, en los corridos tumbados, en las letras. Es una actitud completamente distinta que acepta que somos lo que somos. Se acaba el esquema aspiracional y vivimos un momento de realidad que inclusive se ve en las expectativas políticas que no cambiarán en un futuro predecible. Hay que entender el momento, no luchar contra ello”.
¿Cuáles son las macro tendencias que definirán el consumo y la cultura en México en los próximos años?
Gustavo: “Si estuviéramos en 1924 México había salido de una revolución y buscaba crear una identidad. Ahora acabamos de vivir una transformación y estamos construyendo una identidad. Es un momento parecido a la espera de respuestas equivalentes. Hay muchos peligros, la educación está quebrada desde la pandemia, el nearshoring no acaba de tangibilizarse, y el relato de millones es mucho menos pulido que antes: el emprendedor del TEC, se enfrenta a la realidad de que para millones las vías de escape son la música como en el caso del Chino Pacas, un chico de 18 años que salió de Apaseo El Alto y que algún día será el sucesor de Peso Pluma”.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes emprendedores y creativos que quieren entender y aplicar tendencias en sus proyectos?
Gustavo: “Que no por mucho ir a Milán amanece más temprano en Uriangato; que no confíen en las metodologías rígidas que funcionan re-bien dentro de las universidades, pero que no aplican a las arenas movedizas de la realidad en México. En el horizonte hay amenazas y fuerzas que no se van a mover, ahí seguirán estando, con eso debemos de aprender a apalancar otra realidad posible”.
